Sophia es la palabra griega para sabiduría. La sabiduría es una virtud fundamental cristiana y humana, pues de alguna manera resume el ideal de la persona. Quien es sabio es alguien que ha aprendido a vivir adecuadamente, que ha conocido la diferencia entre el bien y el mal, entre lo conveniente y lo no conveniente.
La Sophia con mayúscula es Dios mismo, la Santa Sofía o Hagia Sophia. La famosísima iglesia de Estambul que aparece en la foto, no está dedicada a una mujer santa que se llamó Sofía, -aunque hay una Santa Sofía del siglo II-, está dedicada a la Sabiduría divina que creó todas las cosas y las orienta.
En latín Sophia es Sapientia, que proviene del verbo sapere, gustar. El sabio es quien sabe gustar las cosas, conoce sus sabores: los agradables y los repugnantes, los suaves y los recios, los dulces y salados.
Elegimos Sophia porque es todo un programa para una institución dedicada a la educación. Formar niños y jóvenes sabios no es solo brindar instrucción, aunque esta sea fundamental; no es sólo brindar atención emocional, psicológica y social, aunque sean dimensiones muy importantes; educar es formar personas integrales, preparadas para la vida, inspiradas por la Sabiduría de Dios y abiertas a los demás. Por eso Sophia.